sábado, 30 de julio de 2011

La invención de Morel y sus relaciones transtextuales y hiperestéticas

Una de las mejores formas de aprender es relacionando, así se nos abre un universo simbólico y significativo al leer un libro o al ver una película. Este es un caso: La invención de Morel tiene estrechas relaciones hiperestéticas con la serie Lost, Matrix y el videojuego Mist, entre otros. Propongo, entonces, a mis alumnos, comenzar a abrir ese universo maravilloso que representa una obra literaria estableciendo relaciones con los formatos mediáticos más atractivos.
Para empezar aquí un artículo de Carina Maguregui

Lost: un éxito televisivo que estrecha lazos con la literatura, la cultura popular y la educación no formal
Lost, la serie que comenzó en 2004 y ya lleva 5 temporadas en el aire, es mucho más que un simple éxito televisivo.
La historia de Lost -que descripta en breves palabras puede sonar trivial y poco original- nos introduce en el universo de unos personajes que sobreviven a un accidente aéreo en una isla perdida y aparentemente desierta. Pero, como sabemos, las apariencias engañan y en Lost nada es lo que parece ser.
Así, la complejidad de las situaciones, la aparición continua de nuevos personajes y el entramado de las capas espacio-temporales del relato hacen que los misterios se multipliquen exponencialmente, que las sospechas crezcan, que las pistas sean un bien escaso y que los engaños, trampas y artilugios estén a la orden del día. .
Muchos de los episodios de Lost tienen una estructura construida sobre la base de varios puntos de vista, pero los directores, guionistas y actores hacen un trabajo muy fino de navegación trans-capítulos para que estos montajes complejizados puedan encajar sin dificultades en la matriz general de la serie.
Algo que caracteriza a Lost es que la estructura de su relato fue concebida para ramificarse en múltiples plataformas y diferentes formatos (para televisión, para web, para videojuegos, para dispositivos móviles, etc.). A esta concepción se la denomina narrativa transmediática.
Componer un producto cultural de modo transmediático implica construir relatos, contar historias, poner en escena y crear estructuras narrativas a través de diversos medios independientes entre sí.
En el caso de Lost, la serie de televisión, los cómics, los videojuegos, los juegos de realidad alternativa, los mini-episodios pensados, escritos y producidos para los celulares, los blogs, etc. pueden verse, jugarse, descargarse y navegarse de manera independiente pues cada uno de ellos desarrolla y despliega una dimensión distinta del mismo universo que les da origen a todos.
La mayoría de los productos y proyectos transmediáticos, como Lost, narran en diferentes formatos y montan sus especificidades en diversas plataformas, algo que no hubiese sido posible de no mediar una transformación, evolución, adaptación y convergencia de los medios antiguos y los nuevos.
Lost y la literatura universal
Si hablamos de la convergencia que ocurre en Lost es necesario detenerse un momento en la relación de la serie y la literatura.
Los libros son muy importantes en la serie. Algunos episodios llevan títulos de libros, muchos otros contienen referencias literarias y algunos de sus guiones se basan libremente en conflictos o tramas de ciertos libros.
Estos textos han servido de inspiración a los creadores, escritores y productores de Lost, y pueden seguirse los temas, pistas y citas revisitadas a través de toda la serie.
Un ejemplo es el nombre Henry Gale. En Lost, este es el nombre que Ben utilizó para ocultar su verdadera identidad cuando los sobrevivientes lo encontraron luego de su (simulado) accidente con el globo. Henry Gale es el nombre del tío de Dorothy en “El mago de Oz”.
A su vez, el accidente del globo y el del vuelo 815 que arroja a un grupo de sobrevivientes en una isla desierta en el Pacífico donde comienzan a suceder cosas extrañas es muy similar a la trama central de la novela de Julio Verne “La isla misteriosa”, donde los personajes principales caen con un globo en una isla del Pacífico sur, aparentemente deshabitada, hasta que acontecimientos inexplicables levantan la sospecha de que no están solos en la isla.
El artículo Bioy cayó de visita a la isla de Lost, comienza con la siguiente línea: “Vendrán a buscarla; tarde o temprano han de encontrarnos, si la rapto. ¿No habrá en toda la isla un sitio para esconderla?”. La frase no pertenece a ningún guión de Lost, sino a La invención de Morel, la novela de Adolfo Bioy Casares, en la que un fugitivo encuentra una isla perdida del Pacífico sur en la que refugiarse, y se topa allí con unos “otros” rodeados de misterio.
La nota subraya que buena parte del éxito de Lost tiene que ver con que se trata de una serie sembrada de pistas y guiños que han dado lugar a una trivia descontrolada: desde los números malditos (pilar argumental de la primera temporada y tema aún no resuelto) hasta las canciones que escuchan los personajes; desde las menciones a los nombres de protagonistas de novelas hasta los libros que directamente aparecen en pantalla. Todo suma en un sistema de referencias pop que se ramifica cada día más.
El artículo nos recuerda que en la cuarta temporada de la serie el tema está llevado hasta el infinito y más allá. Después de cada capítulo los foros arden en curiosidades: que una foto en la pared de un protagonista secundario remite a una escena fundamental del primer capítulo, que otros dos personajes utilizan la misma pulsera y eso significa algo, y así hasta el hartazgo. Las curiosidades del cuarto capítulo de la cuarta temporada consignan la aparición de dos libros: Sivainvi (o Valis en inglés), de Philip K. Dick, y La invención de Morel de Bioy Casares.
El primero de los títulos aparece en la primera escena del capítulo, en la que John Locke le lleva al incategorizable Ben su desayuno y un libro: la historia de un paranoico iluminado con personalidad desdoblada. La invención de Morel, si bien proviene de la biblioteca del citado Ben (culto como buen villano), aparece en manos de otro personaje, Sawyer, el lector empedernido de la isla.
La nota continúa señalando que Lost sigue rompiendo récords de menciones a libros dentro de la serie.
Éstas pueden ir desde una referencia puramente visual (los ideogramas del I Ching en los isotipos de la Iniciativa Dharma) al título de un episodio (A Tale of Two Cities o Historia de dos ciudades, primer capítulo de la temporada tres), pasando por los libros que aparecen en la biblioteca de la escotilla o en las casas de la villa Dharma.
Un fenómeno muy interesante es la explosión de ventas de los libros aparecidos o citados en Lost luego de cada episodio. Tras la aparición de La invención de Morel en la serie, las ventas de la novela se dispararon en Estados Unidos, alcanzando el ranking de los 100 libros más vendidos en la cadena online más importante del mundo, Amazon.com, y ubicándose entre los 10 títulos más populares en la categoría de literatura latinoamericana. En el caso de Lost, la alianza televisión y literatura funciona como un mecanismo de convergencia perfectamente aceitado.


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